Martínez Almeida tiene razón

Por supuesto que el alcalde de Madrid, Martínez Almeida, tiene razón cuando dice que ayudaría antes a la reconstrucción de Notre-Dame que a reforestar el Amazonas. Por sostener este complejo razonamiento ante unos niños de Primaria en un colegio (complejo en todo caso por la edad de su audiencia, la idea, por supuesto, resulta muy contraintuitiva para un niño) el hombre se ha convertido en un meme. En las redes sociales lo ponen de mongolo para arriba aunque, naturalmente, eso no tiene nada que ver con su opinión sino con su filiación política. Con que es del PP, vamos. Notre-Dame es más importante que el Amazonas no porque sea un símbolo de Europa, como dice el alcalde, sino porque es es una obra humana, un acto de afirmación del primate avanzado con ínfulas que es el ser humano ante el incomprensible e indiferente silencio del Universo. Notre-Dame no existiría, como tampoco existiría la idea de las catedrales, ni la de un Dios al que levantárselas, ni por supuesto existirían tampoco el odio a Dios y a la propia especie humana, si no existiera el hombre. En tanto que productos puros del intelecto, herramienta evolutiva privativa del homo sapiens, el anticlericalismo, el ateísmo, el veganismo, el animalismo, el ecologismo y la noción de ser, estar y de creer que el hombre está destruyendo el planeta, todo eso, per sé, también vale como poco tanto como el Amazonas. Suele pasar que del mismo modo que el hombre es una aleación perfecta de oro y mierda, como es perfectamente capaz de la creación más hermosa también lo es del acto más vil y criminal e, incluso, de odiar por igual ambas cosas.