Real Madrid 4-0 Sevilla Fútbol Club
Sucede a veces que el Madrid sintoniza con la tribuna. El césped brilla, del verde sale fuego. El blanco refulge por televisión y de las gradas sale humo: es la Historia, rugiendo. Son los mejores partidos del Madrid, porque son atemporales. Todos los años hay unos cuantos, aunque es verdad que esta temporada, casi ninguno. El de anoche lo fue. El Real empotra al rival, lo estruja, aunque dejando a su espalda anchas llanuras para que el rival las cabalgue y entonces el portero también pueda unirse a la representación. Chamartín es un escenario. Al minuto 7 ya ganaba el Madrid. Bale irradió desde la derecha: retó a su marcador, como los banderilleros, de puntillas antes del quite, y en vez de salir por fuera centró a media altura con la diestra. Pero muy fuerte, un pase viperino. La defensa del Sevilla se tragó el balón y Benzema cogió el látigo. A bote pronto, articulando el cuerpo, hacia atrás, accionando la cadera. Fue un brochazo de Picasso. Sonó un estampido, un escopetazo: la pelota rompió las redes, como en Oliver y Benji. El Madrid siguió percutiendo. Estos partidos son películas del Oeste, fordianas: vastas extensiones de estepa por delante de Bale, de Benzema y de Ronaldo, y mucho tiroteo desde la frontal del área. Zidane incrustó a Casemiro en medio del saloon y a Kroos no le quedó sino vigilar el piano, de banda a banda. Bale la pidió, la quiso, amó: su silueta pareció, al trasluz, la de un líder. Keylor Navas paró un penalty al modo heroico en que lo está haciendo todo este año, taurino, con la épica del torero corneado que entra a matar con todo el pernil chorreando de su propia sangre. Al Bernabéu le encantan las paradas así. Marcaron luego Ronaldo, Bale y Jesé. Cristiano había fallado antes un penalty, exceso de concentración termodinámica. Dio igual. El Real pareció un relámpago, y aunque parezca mentira, el parón de selecciones que ayer era anhelado como una tregua a los pesares del madridista, resulta hoy frustrante, irrita. Nunca se tiene suficiente de esta clase de Madrid.