Siempre tuve la ilusión de salir en la cabalgata de los Reyes Magos. Cada cual maneja sus monomanías como quiere. También sus espurias ilusiones. Dos veces estuve a punto de participar en este festejo. En una, el vestido de paje resultaba demasiado corto para mis piernas. En otra, sencillamente, se torció la idea. Cosas de pueblo, rencillas, menudencias de gente pequeña. Yo iba a ser, otra vez, paje. Pero esta vez, protagonista. Como diría Espada, ¡quiá! Enderezando ideas me hallo. Es tiempo de abandonar cierto romanticismo que me agarrota la mente, herencia todavía que arrastro desde la Universidad. No es un propósito idiota de año nuevo, quiero que se entienda. Me haré pragmático a martillazos, con tal de conseguirlo. Pero necesito dinero para afrontar el cambio. ¡Ah, el vil metal! Todavía me río con el gag de Harvey Birdman. Quién soy para que se crea en mí. No obstante, es preciso, es preciso. No sé expresar con palabras el fuego que me corrompe las entrañas. El Madrid ha fichado a Zidane. Hoy luce el sol. Quién sabe qué pasará mañana.
05-01-16
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