(Cuando se dice que cualquier tiempo pasado fue mejor, se cita siempre la bonhomía, la fraternidad entre los individuos, se exalta el comunitarismo entre las gentes, confrontándolo con el individualismo supuesto de los tiempos modernos, el egoísmo y la avaricia moral que se pretende impregna la sociedad y el estado de las cosas actual. Es bueno saber que todo eso no es más que lo que los anglosajones llaman ´bullshit´)
-Antes, había mujeres que tenían hijos que sólo duraban dos o tres días. Ya sabes, los niños morían por cualquier cosa. Entonces, cuando llegaban estas fechas, las navidades, y una mujer había tenido un niño, si se le moría, hacía una cosa. Para poder pasar las fiestas, lo envolvía en trapos y lo metía en cajón. En uno de esos cajones grandes de las cómodas que tenían antes las casas, en los dormitorios o en el salón. Ellas lo hacían sin que nadie lo notara, y pasaban los días como el de hoy, Nochebuena, o el de Navidad. O Año Nuevo. Se pasaban la noche cantando y bailando, de juergueteo, bebiendo y comiendo, con el niño muerto metido dentro de la comodita. Luego, al día siguiente, lo sacaban. Lo vestían con sus ropitas y lo colocaban en la cuna o donde hubiera estado antes. Como si no hubiese ocurrido nada, se tocaban la cara con afectación y decían: ¡Anda! ¡El niño ha amanecido muerto! Y entonces lo enterraban, y seguían viviendo.