El 24 de mayo del año 2014, el Real Madrid perdió la final de la Copa de Europa frente al Atlético de Madrid. Se disputó en Lisboa, en el Estadio Da Luz, hogar del Benfica. Sergio Ramos García, natural de Camas, defensa central del equipo desde el verano de 2005, estrelló un balón en el palo derecho de la portería de Thibaut Nicolas Marc Courtois, portero del club rojiblanco nacido el 11 de mayo del año 1992 en el municipio belga de Bree. Con esa ocasión fallida terminó el encuentro. El Atlético, rival histórico del Real en la ciudad de Madrid, ganó así su primera Copa de Europa; mientras, su adversario perdía su cuarta final de la competición, tras las derrotas sucedidas ante el Benfica de Lisboa en 1962, el Internazionale de Milán en 1964 y el Liverpool en 1981. Tras la final, se produjeron numerosos tumultos en la capital portuguesa protagonizados por miles de hinchas del Real Madrid desplazados allí sin entrada, que no aceptaban lo ocurrido en el terreno de juego. Incluso cientos de madridistas que estaban dentro del estadio, ocupando uno de los fondos, invadieron el césped nada más terminar el encuentro, obligando a intervenir a los agentes de seguridad. El trofeo hubo de ser entregado en el vestuario del Atlético de Madrid, mientras un pelotón de antidisturbios de la policía portuguesa escoltó a la expedición del Real Madrid hasta el autobús. Se desencadenaron graves altercados a las afueras del estadio, así como en diversos puntos de Lisboa. Alrededor de quinientos aficionados madridistas fueron desalojados de la plaza de Rossio mediante el empleo contundente de la fuerza por parte de la policía portuguesa; otro grupo de descontrolados intentó asaltar el autobús que transportaba a la plantilla del equipo hacia el aeropuerto, al tiempo que varios cientos de fans destrozaron la práctica totalidad de comercios, bares, restaurantes y terrazas de los principales centros turísticos lisboetas, en una noche salpicada por el caos y la anarquía que concluyó con las primeras luces del alba. En Madrid, los disturbios adquirieron un rango de excepcionalidad histórica. Una multitud furibunda de madridistas accedió violentamente a las fuentes de La Cibeles y Neptuno, en el Paseo del Prado, decapitando ambas estatuas así como utilizando trozos de piedra de los conjuntos escultóricos como proyectiles en la batalla campal entablada con la policía. En paralelo, grupos de hinchas armados con palos, botellas y adoquines, inutilizaron tres furgonetas blindadas de la Policía Nacional, lo que provocó la descarga de gases lacrimógenos por parte de los agentes del orden sobre las multitudes concentradas en torno a las fuentes y las acercas circundantes. Una hora después, la policía había desalojado ambos monumentos, grandemente arrasados por la masa encolerizada que despejó las inmediaciones del Banco de España. Sin embargo, las carreras multitudinarias continuaron hacia la calle Alcalá y la Carrera de San Jerónimo. En la Puerta del Sol se concentraron de nuevo turbas de madridistas que arrancaron de cuajo la pequeña fuente que corona la plaza frente al antiguo edificio de la Gobernación. Las bocas del metro, entre ellas la famosa y moderna estación de cristal que preside la Puerta, sufrieron enormes desperfectos a causa de las pedradas; los aficionados batieron los vestíbulos de todos los comercios de la zona, y se desató el pánico cuando la tienda Apple fue virulentamente atacada por bandas cada vez más numerosas de hinchas y espontáneos. Se dio la circunstancia de que todos los dispositivos móviles expuestos en la planta baja fueron arrasados o sustraídos; en paralelo, otro grupo de asaltantes, compuesto en su mayoría por peñistas llegados a Madrid desde distintos puntos de La Mancha, Extremadura y Andalucía, se hicieron fuertes en el establecimiento conocido como Museo del Jamón ubicado entre la Puerta del Sol y la Plaza de Canalejas. El Ministerio del Interior, a través de un comunicado emitido por las cuentas de Twitter y Facebook de todos los medios de comunicación nacionales, hizo un llamamiento a la calma. Pasada la medianoche, la policía había realizado varias cargas de caballería con la intención de desalojar la plaza. Dichos intentos resultaron infructuosos, y a la una de la mañana tanto la tienda Apple como varios edificios de El Corte Inglés y algunos Zaras, HMs y establecimientos adyacentes, eran pasto de las llamas. Cerca de diez caballos de la policía habían sido desjarretados utilizando señales de tráfico rotas y otros artefactos a modo de armas blancas; mezclados con la sangre de los animales, sus jinetes se habían refugiados en portales o alcanzado los cuadros en que formaban sus compañeros desenfundando sus pistolas reglamentarias y realizando tiros al aire. El propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy Brey, se vio obligado a emitir un llamamiento público a través de la primera cadena de la Televisión Española una vez su avión hubo aterrizado en Madrid procedente de Lisboa. A las dos, las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado continuaban incapaces de reducir el foco principal de subversión en Sol, e incluso los aviones de Real Madrid y Atlético de Madrid habían sido desviados hacia el aeropuerto militar de Torrejón de Ardoz por precaución. Media hora después, el Gobierno de la Nación decretaba el Estado de Sitio en Madrid. Durante la noche y hasta la madrugada, grupos violentos de varias decenas de hinchas furiosos continuaron provocando altercados y desperfectos de diversa consideración por distintos puntos de la capital. Fueron atacados comercios de todo tipo. Varias dependencias del estadio Santiago Bernabéu fueron saqueadas e incendiadas, así como una veintena de autobuses públicos resultaron calcinados o completamente destruidos. Procedentes desde los puntos más alejados del centro de la ciudad, bandas de aficionados tomaron por asalto el Círculo de Bellas Artes de la calle Alcalá. Tras resistir piso por piso durante toda la noche, los últimos aficionados, entre los cuales pudo distinguir la policía a numerosos tuiteros conocidos a lo largo de los interrogatorios llevados a cabo durante la siguiente semana, lograron derribar la famosa Minerva de la azotea del Círculo. La estatua se precipitó al vacío cayendo sobre varias tanquetas de policía. Alrededor de las 6 de la mañana, varias brigadas de caballería motorizada del Ejército de Tierra destinadas al Jarama, El Goloso y El Pardo, disolvieron los últimos núcleos de resistencia ubicados en torno a la estación de Atocha y la Estación de Autobuses de Méndez Álvaro. No hubo que lamentar pérdidas humanas. A las 10 de la mañana del día 25 de mayo del año 2014, el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, publicaba en la página web un escueto comunicado en donde anunciaba la disolución con carácter inmediato e irreversible de la entidad, por los graves perjuicios causados a la nación y al conjunto de la sociedad; además de la subasta pública de todos los trofeos ganados por la institución desde el año de su fundación.
Harmagedón
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