Hoy voy a ser rápido. Hace 79 años, se celebraron en España las últimas elecciones de la República: los sufragios que determinarían el futuro inmediato del país y, a la postre, el futuro a larguísimo plazo, como bien se sabe. No voy a extenderme demasiado, pues el estado esclerótico de la democracia en esas alturas de la Historia es por todos conocido. En La Vanguardia de aquel 16 de febrero de 1936, podía leerse esto, en la Información Nacional:
Efervescencia en las calles-Incidentes con motivo de la propaganda electoral
Durante toda la tarde ha habido en Madrid una efervescencia desmesurada y la fuerza pública, distribuida convenientemente en los puntos estratégicos de la capital, ha estado en movimiento constante. Los numerosísimos propagandistas de candidaturas, primordialmente de las derechas, han recorrido la capital lanzando hojas y folletos y con este motivo se han producido diversos incidentes entre grupos antagónicos de ideas. En la calle de Embajadores, entre dos grupos de repartidores de candidaturas, se entabló una discusión acaloradísima, que, naturalmente, degeneró en colisión, de la que resultaron dos heridos de pronóstico reservado, afiliados a «Falange Española». Se llaman Justo Serena Enamorado, de treinta y dos años y Rafael León López, de veinticuatro.
En la calle de San Bernardo, apareció en el balcón del Centro Tradicionalista una bandera bicolor, congregándose ante el edificio varios grupos. Los guardias disolvieron con una carga, y una pareja ordenó se retirara la bandera, deteniendo a varios jóvenes tradicionalistas. Han ingresado durante todo el día en la Dirección General de Seguridad numerosos detenidos varios jóvenes que en la Puerta de Alcalá se disponían a retratarse, pegando candidaturas de «Falange Española», mientras otros al pió de una escalera levantaban el brazo, fueron detenidos y trasladados a la Dirección. Asimismo otros jóvenes afiliados a las Juventudes Socialistas que en la calle levantaron el brazo con el puño cerrado, fueron detenidos por la fuerza pública, que ha recibido órdenes de no tolerar demostraciones políticas de cualquier tendencia. En la calle de Hortaleza, varios jóvenes que distribuían candidaturas, se hallaron con Otro grupo de ideología distinta y se cambiaron bastantes golpes En la reyerta intervinieron también varias muchachas, dos de las cuales fueron detenidas. En la calle de Alcalá, y en la Gran Vía. no cesó la efervescencia en toda la tarde y los incidentes menudearon. Los guardias tuvieron que evolucionar constantemente para evitar incidentes de mayor gravedad.
Hay que hacer constar, sin duda, la llamativa circunstancia de que si hace 79 años quienes no cesaban de cuestionar la legalidad constitucional vigente eran lo que se podría llamar como agitadores sociopolíticos de los partidos conservadores: tradicionalistas, monárquicos, falangistas, etc. Gente, sin duda, que desarrollaba su agitprop al amparo de la aquiescencia -cuando no declarada simpatía y demostrado apoyo público- de partidos actores del juego democrático, como la CEDA, Renovación Española o Acción Popular: ¡cuantísima similitud con lo que hoy ocurre con Izquierda Unida, Podemos, o algunos sectores del Partido Socialista! La exhibición de banderas cuyos colores simbolizan la subversión anhelada del parlamentarismo vigente, la ocupación del espacio público mediante manifestaciones constantes de matiz más o menos belicoso, y la propaganda callejera: ¡cómo se repite la Historia, cómo redunda la irresponsabilidad!
Es asombroso cómo, en España, cada cierto tiempo, se repiten los mismos comportamientos: subversión, o intento de. La cuestión es no dejar nunca descansar, ni afianzarse, a la libertad. ¡Qué ansia!
Dos botones, dos muestras: dos tuits de hace pocas horas. Qué les voy a contar, que ya no sepan: