25 de enero de 1936

Algo rápido. La Vanguardia25 de enero de 1936. Sucesos diversos. 

Un hombre mata a su esposa y luego se suicida

Miguel Alvarez Curto, de treinta años de edad, dió muerte esta mañana a su mujer, Angeles Palencia Bravo, de quien estaba separado, en el domicilio de su cuñado, calle de Granada, 19, donde en la actualidad vivía su esposa. El agresor, después de agredir a su mujer, se disparó un tiro en el corazón. Su muerte fué instantánea. Varios vecinos acudieron al ruido de las detonaciones, y condujeron al matrimonio a la Casa de Socorro del Puente de Vallecas, donde se limitaron a certificar la defunción de ambos cónyuges. Los cadáveres fueron trasladados al depósito judicial, para la práctica de la autopsia. Angeles y Miguel se casaron hace nueve años. Tenían dos hijos, de ocho y cuatro años, que vivían con la madre. El marido llevaba una vida licenciosa y le gustaba apostar fuertes cantidades en los frontones, y solamente entregaba a su mujer, mensualmente, unos diez o doce duros. Angeles, que trabajaba como sastresa, podía ir sosteniendo la casa y dar de comer a sus hijos; pero esta situación se hizo hace tres meses, insostenible, y el matrimonio se separó. La mujer marchó a Barcelona con sus dos hijos, pero también salió para dicha capital el marido, que regresó a Madrid con su hijo Luis. Sin embargo, al regresar también Angeles, le entregó de nuevo el pequeño. Hace cinco años, Miguel intentó, en Valdemoro, matar a su esposa, contra quien disparó un tiro, que no hizo blanco.

Me sorprende el tono aséptico, de narración técnica de un suceso; contrasta con el tono, por ejemplo, de esta noticia, actual, de hace cuatro días: según fuentes de la investigación; el vecindario se ha mostrado muy sorprendido o fuentes de los Mossos. ¡Casi prefiero el relato forense de hace 79 años! Pues como decía Arcadi Espada en Diarios, estas fórmulas otorgan ese relieve trascendental tan buscado por el periodista de hoy; ese matiz lingüístico, semántico, que los coloca por encima de la realidad, que son los sucesos narrados. En la noticia de arriba, el periodista no cuenta, o no nos sugiere cómo consigue, la información. Es un narrador omnisciente: hoy, se nos deja bastante claro. La comparación con la economía (¡matriz de todos los males consuetudinarios!) sigue incólume: el matrimonio gozaba de una buena situación económica y aparentaba normalidad cuando públicamente, han explicado algunos vecinos de la zona, frente a ese demoledor el marido llevaba una vida licenciosa.

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