Comentaba hoy Carlos Herrera, con esa gracia y ese salero y esa cosa tan suya y tan celtíbera del sarcasmo que alude con sorna a un lugar común establecido entre dos especímenes de la misma manada, que Ignacio Camacho tenía «esa filia mourinhista que le hace tan repulsivo». Camacho, como es natural, siguió la jugada con el mismo garbo folclórico con el que gente como él y como Herrera y como Naranjo o Rosana María Güiza se gana la vida, representando el periodismo y el departir amenamente de las cosas humanas como una función de tasca de pueblo blanco andaluz al mediodía de los sábados con la cervecita fresca y los altramuces. Esta gente se gana la vida con la ficción de la pataíta al olivo llevada a todos los órdenes de la actividad humana, y cuando sacralizan ese modus vivendi y pretenden intelectualizarlo (si tal existe y me permiten la palabra, que me lo van a permitir faltaría más porque este blog es mío y si no que os den por culo) llegan a la experiencia argumental cercana a la muerte de defender que la culpa de comerse 3 goles el otro día no la tuvo Casillas sino Mourinho. Esto entronca con lo que dice Relaño hoy, que al Santiago Matamoros redivivo de Móstoles y con el carisma de la cocacola sin cafeína le ha faltado portería este año. La culpa es del íncubo de Setúbal y si no de Ancelotti, que tiene más copas de Europa que el Barcelona y que el Aleti juntos pero qué coño va a saber ese italiano tripón de lo que son las esencias de España, y el caso es, la reducción pedroximenesca de todo el asunto es que Casillas no tiene la culpa de nada. A mí me encantaría conseguir eso, el spanish dream que encarna Casillas mejor que nadie: la culpa siempre la tiene otro.
Curiosamente a Herrera y otros tantos «periodistas» les va a pagar la aventura brasileña Iberdrola. Como sabuesos comiendo de la mano del amo…
Jé, qué quiere que le diga, César. Aserejé, já, dejé
Muy acertado, tocayo.
Gracias, Antonio. Por cierto, ¿huiste de TW?
Sí, me fui al empezar junio. Lo hice por exámenes, pero no tengo muy claro si volver.
Me ha impresionado la llamada de Merc: este Fantantonio lo pones al trasluz y ves España. Creo que ves la Península entera, más o menos hasta Audax entrando en la tienda de Viriato.
¡menos mal que nos queda Lusitania, Manuel!