Ayer recibí la primera correspondencia electoral de estas elecciones al parlamento europeo. Es la del PP y consta de un folio escrito por ambas caras: en una escribe Mariano Rajoy y en otra lo hace Miguel Arias Cañete. En otros dos papeles se me adjuntan la lista completa de los candidatos españoles de este partido y la papeleta del voto. El conjunto es aséptico, anodinamente clásico: tan sólo el color azul del folio rompe la monotonía cromática de un diseño decimonónico coronado por las doce estrellas de la bandera comunitaria sombreadas a mitad de página. Procedo a desgranarles su contenido. No tiene desperdicio. Haré lo mismo con las demás cartas electorales según me vayan llegando. Bisturí, por favor.
Estimado/a amigo/a (Empezamos bien. ¿Cuándo esa abominación de la «grafía no sexista» dejó de ser patrimonio del agitprop filoestalinista y pasó a ser lingua franca también de democristianos, conservadores, liberales…? Qué bochorno, señor Rajoy. Ah, y por cierto: no soy su amigo)
Antes de nada quiero aprovechar esta oportunidad para agradecerte personalmente todos los esfuerzos que estás realizando. (¿Me conoce usted de algo para acogerse al tuteo? ¿Se imaginan a Cánovas, a Maura, a Canalejas, a Azaña o a Alcalá Zamora, tuteándoles? ¿Por qué insiste, señor Rajoy, en una cercanía ficticia? ¿Por qué se empeña en destruir la auctoritas que le separa de mí, simple ciudadano de infantería? )En estos 2 años hemos adoptado medidas difíciles (permítale matizarle: lo difícil, difícil de verdad hubiera sido arrostrar una reestructuración administrativa integral del aparato burocrático del Estado. Revocar la autonomía de algunas regiones. Sentar las bases de una futura re-centralización, que no se imagina usted lo que pesa la hidra de cien cabezas que es la multiplicación cristiana de los gobiernos de taifas), pero siempre tratando de ser justos y equitativos. (Tan justo y equitativo como la desigualdad medieval sacralizada por la Constitución de dos regímenes fiscales distintos: uno para los españoles vascos y navarros y otro para todos los demás) Y hoy puedo afirmar que España va en la buena dirección. (El mundo va hacia otra dirección, no necesariamente buena, por supuesto peor que la precedente, y naturalmente ni justa, ni injusta: usted no me va a convencer de que la acción del Gobierno de España tenga algo que ver con esta circunstancia) Queda mucho, lo sé, (dígamelo a mí) pero el crecimiento económico y la creación de empleo neto que hoy son una realidad, (¿está usted seguro?) serán la base sobre la que incrementar el bienestar para todos los ciudadanos en los próximos meses. (Ni en 2002, ni en 1966, ni en 1254 ni en 2015 hubo o habrá bienestar para todos los ciudadanos de una misma comunidad, así que brindaré con usted hacia el sol por esta bonita frase tan vacía como mi cartera)
Como sabrás (sostenella y no enmendalla), el próximo 25 de mayo todos los españoles tenemos una importante cita con las urnas para elegir a nuestros representantes en el Parlamento Europeo. (Elijo a Gareth Bale)
Quizá pienses (¿se acuerda de Tony Soprano levantándose en medio del restaurante y rogándole amablemente a aquel veinteañero que se quitase la gorra? Le repito: no me tutee) que en estas elecciones no te juegas nada o que son un mero trámite. Permíteme decirte que nada más lejos de la realidad. En estas elecciones nos jugamos mucho. (Quizá esté usted acostumbrado a dirigirse a homúnculos de marcada naturaleza aldeana. Para mí unas europeas son infinitamente más importantes que unas autonómicas o unas municipales, porque debo ser uno de los tres o cuatro gilipollas que en España creen en la unión supranacional de Europa. Unión completa y definitiva, no el club social que tenemos montado ahora. Voy a reformularle la frase, si me deja: quizá sea usted, y Rubalcaba, quienes piensen que estas elecciones son un mero trámite, y por ello nos endosan a Cañete y Valenciano, dos acémilas intelectuales cargadas de eslóganes fatuos y cuya dialéctica política y conceptual es ofensiva para con la inteligencia de los ciudadanos)
Está en juego la configuración de un Parlamento Europeo que tendrá la mayor capacidad de decisión en la historia de la UEA. Más del 80% de las decisiones que se toman en Bruselas tienen impacto en nuestras vidas. (Un parlamento que le va a pagar siete mil euros limpios al mes al Tuerkas)
Está en juego la influencia que como país tengamos en las decisiones que allí se tomen. (La influencia internacional de España es Obama regalándole a usted unas chocolatinas antes de despedirlo con dos palmadas en la espalda y ponerse a despachar con Hollande sobre un escritorio hecho con el roble de una finca que fue de Washington y que a la hora en que escribo esto debe adornar algún despacho del Palacio del Elíseo) Y nos jugamos seguir en la buena dirección. Seguir con las políticas que están haciendo que la mitad de la reducción del paro en toda la UE sea gracias a España. Está en juego seguir avanzando o volver a la crisis. Nos jugamos que España en la UE sea parte de la solución o volver a ser un problema.
Por todo ello permíteme que aproveche estas líneas para pedir tu voto para el próximo 25 de mayo. (Mire, la campechanía será un valor al alza en la España del siglo XXI pero da la casualidad de que yo soy un español extemporáneo y para llamarme de tú hay que beberse al menos un gintonic conmigo) Es tanto lo que está en juego que sólo partidos grandes (esto me suena al aserto rural aquel de caballo grande, ande o no ande) como el Partido Popular, tienen la capacidad necesaria para influir en la UE, seguir construyendo la Europa solidaria y próspera que queremos y defender tus intereses. Tu voto servirá y contará en Europa. (Por eso lo tengo bien guardado debajo de una losa suelta de mi dormitorio)
Mariano Rajoy.
Genial entrada, es bueno verle en otros registros.
(Respecto a lo del Tuerkas). Teniendo en cuenta que la encuesta del CIS para las elecciones depende del Ministerio de presidencia y que gran parte de los ciudadanos con intención de votar están indecisos, no creo que ésta sea concluyente. No me creo aún, o no quiero creerme, que Podemos obtenga mejores resultados que Ciudadanos por ejemplo. Creo que la encuesta castiga a los partidos que compiten por llevarse votantes del sesgo del PP.
Saludos.
Muchas gracias, César. Aún teniendo en cuenta ese matiz estadístico, creo que la liviandad con que se percibe estas elecciones entre la opinión pública y el auge de los discursos demagógicos filo comunistas entre la población, van a hacer nuestros temores realidad, por desgracia.
Un saludo y gracias por el comentario